Dentro del irracional despropósito del cristianismo, esta ese cuento de un Plan Divino en el que una entidad atemporal y omnisciente ha planificado el pasado, el presente y el futuro del Universo en general y de la Humanidad en particular. Y claro, visto desde ese punto de vista, nada de lo que ocurre puede entorpecer dicho plan, porque entonces sería imperfecto, algo imposible de concebir para una mente perfecta.
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