En este sencillo experimento los chicos de The Action Lab hablan sobre el fuego como fuente de luz y destacan el hecho de que no tiene sombra (apenas se perciben las variaciones que sufre la luz al pasar por la llama). Pero hay una manera de conseguir que tenga sombra y es utilizando una lámpara de sodio. Esta lámpara emite la luz de los iones de sodio al excitarse, un tono amarillo-anaranjado de una fuente de luz monocromática que produce una apariencia de realidad en banco y negro, puesto que solo se rebota o absorbe una misma longitud de onda. Si tenemos una llama de alcohol y le acercamos un trapo mojado en sal (cloruro sódico) los átomos del sodio del fuego absorben la luz en el mismo rango y producen un efecto muy llamativo: ¡fuego negro y con sombra!
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