martes, 12 de junio de 2018

Un par de historias evolutivas sobre el ojo y la visión #La Ciencia y sus Demonios #noticias


La visión en color es quizás una de las características más importantes para el ser humano. Sin embargo los sapiens no somos ni de lejos los animales más afortunados en este tan colorido aspecto.

Las opsinas son un grupo de proteínas que se encuentran expresadas en las células fotorreceptoras de la retina de los animales con visión en color.

Constan de una cadena proteica asociada a un cromóforo o compuesto que posee electrones capaces de absorber energía, cambiar de configuración y excitarse a determinadas longitudes de onda.

Casi todos los mamíferos poseen dos tipos de opsinas diferentes por lo que su visión en color es bastante limitada

mientras que los primates del viejo mundo, entre los que está incluido el ser humano presentan tres, por lo que su visión en color es mucho más rica sobre todo en los colores rojo y amarillo:

¿Y como ha ocurrido este proceso evolutivo? Pues como muestra este interesante video por una "simple" alteración en el DNA:

[La evolución de la visión en color del ser humano]

Y lo más llamativo de todo, con el sorprendente experimento con el pequeño mono ardilla, es que con la duplicación génica y posterior deriva evolutiva de ese segundo gen es más que suficiente para que los animales puedan adquirir una visión en color mucho más rica. ¡La plasticidad del cerebro es más que asombrosa!

Y llegados a este punto una pequeña reflexión evolutiva. Esta historia sobre la visión de los mamíferos parece cuadrar perfectamente con la siempre egocéntrica visión (valga la redundancia) que nuestra siempre tan particular especie de monos erguidos con poco pelo tiene del mundo natural: la investigación biológica vendría a certificar de alguna manera que los sapiens somos esa cúspide filosóficamente heredada de nuestro remoto pasado más que supersticioso, ya que la Naturaleza o ese siempre más que esquivo Diseñador Inteligente nos dotaron de una más que evidente superioridad, la visión en color. Sin embargo, cuando se amplía el espectro de visión la realidad no puede ser más diferente.

Aunque los primates poseemos tres tipos de opsinas, en vertebrados hay cinco tipos de estas proteínas, de tal manera que el ancestro de todos los vertebrados poseía ya cuatro. Y lo único que ha estado haciendo la evolución en estos últimos cientos de millones de años ha sido jugar con este conjunto de cartas ópticas según las presiones evolutivas de cada una de las familias de vertebrados tal y como muestra el siguiente diagrama.

De tal manera que los más que humildes lagartos o las pacíficas gallinas disponen de una visión en color mucho más perfecta que la de chimpancés o sapiens, ya que no sólo es que tengan más opsinas sino que, como puede observarse en el siguiente diagrama, la distribución de la longitud de onda de absorción de los cromóforos abarca una mayor porción del espectro y además están mucho mejor distribuidas que en el caso de los humanos. Otra evidencia más de la reciente duplicación génica acaecida en primates.

En resumen, ¡pobres creacionistas y defensores varios del "diseño inteligente"! cuando una simple gallina destruye toda su errónea argumentación de lo maravillosamente "perfecto" que es el ojo humano.

Pero si vamos en busca de la medalla de oro en visión, tampoco lagartos o patos tienen mucho por lo que presumir. En los océanos del mundo viven los estomatópodos, unos más que llamativos crustáceos más que elegantes.

que poseen hasta la fecha el record mundial de opsinas: proteínas que en su caso se asocian nada menos que a 12 cromóforos diferentes más o menos espaciados entre el ultravioleta y el infrarrojo, por lo que como muestra el siguiente diagrama dejaría como coloquialmente se dice a la altura del betún a nuestro "perfecto" ojo humano.

Pero cómo decía el famoso Super Raton con el que muchos crecimos mientras tomábamos nuestro Cola Cao

Ya que estos crustáceos poseen además otros cuatro fotoreceptores diferentes adicionales, lo que les permiten ver luz polarizada tanto circular como lineal y poseen también visión de color hiperespectral.

Y ya para terminar un poco de ciencia ficción. ¿Se imaginan poder disponer de los 16 tipos de opsinas diferentes que tiene estos crustáceos? ¿Cómo sería el arte: la pintura, la fotografía, la arquitectura, la escultura en un mundo en el que los humanos pudiéramos tener la variedad cromática de los estomatópodos? Y no se crean que, teniendo en cuenta el experimento del pequeño mono y el ritmo al que avanza la edición génica en la actualidad, dentro de unas pocas décadas esta propuesta puede perder el calificativo de ficción y quedarse en pura y dura ciencia.