viernes, 2 de marzo de 2018

Comisión interdisciplinar de astrónomos y astrólogos para abordar el futuro del Universo #La Ciencia y sus Demonios #noticias


En un afán de acercar posturas y establecer un diálogo entre las diversas concepciones existentes sobre el Universo, la Unión Astronómica Internacional y la Asociación Mundial de Astrólogos han acordado crear una Comisión paritaria que reflexionará conjuntamente sobre el origen, evolución y futuro del Universo.

A lo largo de los milenios los astrólogos han desarrollado todo un cuerpo de "conocimiento" basado en la premisa de que la disposición relativa de ciertos astros: estrellas, planetas y constelaciones (aunque sólo los directamente visibles por el ojo humano) tienen un significado y lo que es más importante, una influencia determinante sobre la personalidad y el futuro de cada uno de los miles de millones de personas que han poblado o que actualmente viven en el planeta Tierra.

Por otra parte la Astronomía, rama de la Ciencia iniciada en el Renacimiento por algunos de los más grandes genios que ha dado la Humanidad, presenta una realidad mucho más prosaica (y por qué no decirlo, estéril para la siempre fértil y a veces más que disparatada inventiva humana) en donde el Universo se encuentra sujeto a unas leyes físicas rigurosas, y la influencia de galaxias y estrellas sería únicamente debida a las interacciones con por ejemplo fuerzas gravitacionales o a través de rayos cósmicos, ondas, etc., elementos que pueden ser expresados y comprendidos matemáticamente

y que actúan físicamente sobre todo el planeta Tierra de manera global, nunca de forma específica sobre individuos determinados y mucho menos que sus influencias puedan conformar o alterar la psique de las personas o el curso de la Historia.

Así entonces, este absoluto enfrentamiento (tanto metodológico como conceptual) que dura ya prácticamente medio milenio entre una ciencia que explica y predice con cada vez mayor exactitud el Universo visible y que ha desvelado que más allá de un inimaginable numero de galaxias imperceptibles para el ojo humano existe toda una colección de entidades más que extrañas (agujeros negros, cuásares, púlsares o materia y energía oscuras por poner algunos ejemplos)

y una superchería mística, inventada por la más que omnipresente tendencia del cerebro humano a buscar correlaciones, aun cuando estos patrones no existan en realidad (y que únicamente tiene a su favor la credulidad de las personas a lo largo del tiempo y del espacio) ha hecho saltar todas las alarmas.

Y así, en un mundo en donde cada vez se tiende más al diálogo y al consenso a costa de todo, incluso de la verdad, la comunidad científica no podía mantenerse al margen del hecho que sus constantes descubrimientos socaban repetida y cada vez más recurrentemente la tranquilidad "intelectual" y lo que es peor, hieren los sentimientos más profundos de cientos de millones de seres humanos que encuentran seguridad y consuelo en la creencia de que pueden vivir su vida, tomando decisiones y resolviendo sus problemas más importantes además, con la ayuda de la ubicación en el plano de la eclíptica de Mercurio o Saturno con respecto a las constelaciones de Piscis o Géminis.

Y es por ello que, para reducir el abismo que se ha creado entre la Astronomía y la Astrología y explorar caminos a través de los cuales estos dos ámbitos podrían encontrar puntos de encuentro y hasta consensos a su ya secular enfrentamiento e incluso yendo un poco más allá, para reflexionar sobre el futuro de la Humanidad a través de sus respectivas visiones del Universo, representantes de las dos principales entidades a nivel mundial que agrupan a astrónomos y astrólogos respectivamente, han decidido establecer una Comisión paritaria compuesta por expertos de reconocido prestigio en las dos disciplinas para

crear un espacio de reflexión y pensamiento constructivo, en el que las relaciones entre Astronomía y Astrología se sustenten en un diálogo real, más que en la confrontación.

Aunque todavía es muy pronto para saber si la mencionada comisión será capaz de llegar a un consenso entre astrólogos y astrónomos en algunos de los temas más delicados se ha acordado que

durante el próximo año, el trabajo de la amplia gama de académicos de ambas partes que participarán en la Comisión responderá al menos a algunas de las preguntas planteadas y con toda probabilidad, planteará muchas más.

Así que mientras esperamos terminar una nueva órbita solar, tanto ciudadanos como científicos quedamos ansiosos ante la expectativa de los más que interesantes futuros dictámenes de esta comisión, para conocer el verdadero alcance de esta nueva forma constructiva, dialogante, consensuada y democrática de plantearse y entender la realidad, sin esa más que dogmática y casi dictatorial imposición por parte de la Astronomía de sus conclusiones, por el simple hecho de estar basadas en los quizás más que sobrevalorados conceptos de la experimentación y del método científico.

P.D.

Por supuesto que esta noticia es simplemente fruto de mi invención. Lo que en cambio es real y más que tristemente cierto es que la más que prestigiosa revista científica "The Lancet" se ha avenido a formar una Comisión equivalente a la he planteado en mi historia inventada, con nada más y nada menos que el estado soberano del Vaticano como cabeza visible de las religiones para y cito textualmente

discutir nada menos que el futuro de la Humanidad a través de la ciencia médica.

siendo el objetivo declarado de esta ambiciosa confluencia el

contribuir a la reparación del cisma existente entre la ciencia y la religión y explorar las formas en que estas dos potencias intelectuales podrían encontrar soluciones a las emergencias sin precedentes que enfrenta la Humanidad.

Sin comentarios, aunque las negrillas de la cita son mías y los entrecomillados de mi historia ficticia están directamente entresacados del artículo de "The Lancet" que recoge el magno evento "conciliador" entre ciencia y religión, error que supera en mucho incluso al ya de por sí disparatado concepto de los "dos magisterios" inventado por el por otra parte brillante zoólogo Stephen Jay Gould [1 y 2] y defendido por el también reputado biólogo evolucionista Francisco Ayala.

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