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Tique de Antioquía | Fuente |
Tique (o Tyche en latín) era la diosa griega de la fortuna y el destino que solía aparecer representada en los muros de muchas ciudades de la Grecia antigua. Es el equivalente a la diosa Fortuna de la mitología romana. Era una de las tres mil oceánices, hijas del titán Océano y la titánide Tetis, de las que solo se conoce el nombre de 41 de ellas, las más antiguas, según la Teogonía de Hesíodo.
Acompañada del dios Pluto, Tique decidía de forma aleatoria el destino de cualquier mortal. Se la suele representar coronada y jugando con una pelota, de forma distraida, como símbolo de la inseguridad de sus decisiones. De esta forma, su gesto servía como advertencia para que ningún ciudadano ostentara de sus bienes y riquezas ni dejara nunca de agradecer su buena suerte a los dioses, algo que podía provocar la aparición de Némesis, la cruel hermana de Tique, que actuaba para imponer su justicia y venganza.
Tique nunca fue objeto de culto ni tuvo una historia propia como la que sí tenían la mayoría de los dioses y diosas mitológicos, aunque esto no impidió que apareciera en muchas monedas griegas de los tres siglos anteriores a nuestra era.
El asteroide 258 y un planeta hipotético
Aunque hay un árbol en Chile que se llama Tique (Aextoxicon punctatun) y la palabra «tique» es un vale o recibo de un servicio o boleto que puede estar relacionado con los juegos de azar, ambos términos no se derivan de nuestra protagonista de hoy. En el caso del «tique», su origen etimológico viene del inglés ticket procedente del francés antiguo estiquet y que en castellano adoptamos como etiqueta.
El 4 de mayo de 1886, el cazador de asteroides alemán Karl Theodor Robert Luther (1822-1900) descubrió un nuevo objeto relativamente grande orbitando muy cerca de la familia de Eunomia, el conjunto de cuerpos más importantes del cinturón de asteroides, al que bautizó con el nombre de la diosa griega.
Modelo tridimensional del asteroide Tyche obtenido a partir de su curva de luz | Fuente |
(258) Tyche tiene un diámetro de 64 kilómetros, tarda 1545 días en completar una órbita alrededor del Sol y su distancia a nuestro astro rey varía entre las 2 y las 3 UA (unidad astronómica) aproximadamente.
En 1999, los astrofísicos John Matese, Patrick Whitman y Daniel Whitmire de la universidad de Louisiana propusieron la existencia de un desconocido planeta al que llamaron Tyche, como contrapunto a una conocida hipótesis anterior que afirma que el Sol tiene una compañera «muerta», Némesis, que explicaría ciertos aspecto sobre el efecto gravitatorio de la afluencia de los cometas por el Sistema Solar interior. El hipotético nuevo mundo estaría situado en la nube de Oort y se trataría de un gigante gaseoso cuatro veces más grande que Júpiter.
Representación artística de Tyche en el cinturón de asteroides |Fuente |
Para poder confirmar la existencia de Tyche se necesitaban los datos del telescopio WISE, lanzado en 2009 para «escanear» el cielo en longitudes de onda del infrarrojo. Pero finalmente el 7 de marzo de 2014 la NASA descartó en un comunicado la hipótesis de Matese, Whitman y Whitmire. Nos quedamos sin la diosa de la fortuna aunque puede que se rescate su nombre si se confirma la existencia del Planeta Nueve. Quién sabe.