Los colegios profesionales de farmacéuticos deben velar por el buen ejercicio de la profesión siguiendo criterios éticos y de calidad. Sin embargo, el de Barcelona incumple sus propios estatutos y difunde todo tipo de supercherías pseudomédicas para que sus asociados puedan estafar impunemente a enfermos poco informados mientras ponen en riesgo la salud de la ciudadanía. […]