Entre las muchas incongruencias del siempre particular mundo de la religión hay una que quizás, tal y como indica en el siguiente video el siempre mordaz George Carlin, sobrepasa a todas las demás incoherencias: resulta que un dios todopoderoso, capaz de crear el Universo en una semana laboral casi sin despeinarse, luego resulta que está siempre sin blanca y necesita desesperadamente del dinero de su aborregado rebaño. ¡Los misterios del Señor son insondables! aunque solo para la limitada comprensión de esos semideficientes mentales que le siguen.
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