El 17 de noviembre de 1944 Franklin D. Roosevelt, presidente de los Estados Unidos, escribió una carta dirigida a Vannevar Bush, director de la Oficina de Investigación y Desarrollo Científico estadounidense. En ella le pedía ayuda para reconstruir una nación que, aunque salió victoriosa, quedó asolada tras la II Guerra Mundial. Roosevelt tenía clarísimo que el progreso científico y tecnológico debería usarse tras la guerra para la mejora de la salud pública, la creación de nuevas empresas y la elevación del nivel de vida de la nación estadounidense.
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Este artículo forma parte de mi colaboración quincenal con el diario La Verdad.
Jose