En los lugares del mundo donde el ser humano ha conquistado las alturas, como los Andes y algunas zonas de Etiopía, la respuesta de sus organismos a la altitud es aumentar la cantidad de células que portan oxígeno, esto es los eritrocitos y la cantidad de hemoglobina. Los habitantes del Himalaya, sin embargo, están perfectamente adaptados a estos entornos extremos y sus glóbulos rojos están en tasas similares a las de alguien que vive en las llanuras, un misterio que lleva intrigando a los científicos desde hace décadas.
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