Una de las tendencias en el campo de la divulgación científica es la antropología, y en especial la que hace referencia al origen del hombre. Probablemente el interés despertado por los hallazgos de Atapuerca, y que sea un campo en constante evolución y donde las noticias saltan con facilidad a los grandes medios de comunicación hace que el público tenga interés por leer los últimos descubrimientos en un campo que ha cambiado muchísimo en las últimas décadas. Sin embargo en esta fiebre de la divulgación antropológica hay una cosa que no deja de tener su gracia. Parece que todos los libros tratan de desentrañar una idea central, tratan de encontrar cual fue el factor determinante en la evolución del hombre. De hecho muchos suelen llevar un subtítulo del tipo "El/La XXXX nos hizo humanos". Obviamente todos no pueden tener razón a la vez, y la idea de un factor desencadenante tampoco es nueva. El antropólogo Richard Wrangham publicó hace unos años el libro "Catching fire: how cooking made us humans", no disponible en castellano, en el que sostiene que el dominio del fuego y el cocinado de alimentos fue el factor determinante en la evolución humana. Antes que él, el psicólogo Timothy Leary ya había postulado que el uso de drogas psicodélicas había expandido la mente humana y le había permitido al hombre aumentar sus capacidades y expandir el pensamiento abstracto, algo que nunca se acabó de creer nadie, salvo el propio Leary que pasó gran parte de su vida expandiendo su pensamiento con cualquier estupefaciente que tenía a mano. Hace unos meses hice la reseña de Homo Climaticus en el que José Enrique Campillo relaciona la evolución humana con los cambios climáticos que ha experimentado el planeta.
Como vemos el tema parece un filón… pues vayamos a por los últimos:
"Los números nos hicieron como somos" de Caleb Everett
Caleb Everett es profesor de antropología en la Universidad de Miami, pero, como cuenta en el libro, sus padres fueron misioneros y pasó gran parte de la infancia entre tribus amerindias que apenas habían tenido contacto con occidentales. Eso le permitió estudir de primera mano como se comportan diferentes tribus. A partir de ahí le llamo la atención las diferentes formas de contar y como los idiomas definen los diferentes números. La mayoría de cultura occidentales cuentan en base 10 debido a que tenemos 10 dedos en las manos y todos contamos con las manos, en cambio en babilonia contaban en base 12, probablemente por que utilizaban el pulgar para contar y contaban las falanges de los 4 dedos opuestos al pulgar, incluso hay tribus que cuentan con otras bases, debido a que no utilizan los dedos de la mano como referencia, sino otras partes del cuerpo. A partir de ahí su teoría es que contar y el pensamiento matemático es lo que condiciona la evolución humana. No sé si el estará en lo cierto. Pero el libro me ha parecido fascinante, sobre todo por el análisis comparativo de las diferentes formas de contar que tienen diferentes pueblos, como se relaciona con los diferentes idiomas y la cantidad de información que desconocía que aporta. No soy antropólogo, por lo que no sé el peso que tendrán estas ideas en el campo, pero como libro de divulgación me ha parecido excelente.
"La chispa creativa" de Agustín Fuentes.
Seguimos en Estados Unidos. Agustín Fuentes es catedrático de antropología en la Universidad de Notre Dame. Si el anterior libro se centra en el lenguaje, es decir habla de Homo sapiens, en este caso el autor se centra en etapas evolutivas anteriores, habla de los antecesores de nuestra especie y hace comparaciones con los actuales primates. El libro, muy documentado y extenso, habla de la utilización de las herramientas y de la capacidad de ser creativos, y como esta tecnología estimula la cooperación, lo que nos permitió acabar siendo humano. Por lo tanto aquí no son los números y cantidades, sino la creatividad lo que nos hizo humanos. Sin duda este libro es mucho más transversal que cualquiera ya que habla de antropología, paleontología, arqueología y genética. Incluso podría decirse de psicología, ya que en muchas ocasiones hace referencia al comportamiento de los bebés y los niños, como el impulso que nos lleva a pintar o a utilizar cosas con las manos y tratar de buscar una utilidad. El libro es muy extenso y completo, pero su lectura no se hace pesada y es una muy buena actualización sobre la evolución humana ya que para apoyar la teoría trata de aportar datos de todas las ramas de la ciencia.
Este libro es un poco diferente a los dos anteriores, ya que no pretende ser un libro de antropología, sin embargo la idea central del libro recuerda mucho a los dos anteriores, ya que el autor plantea una reflexión sobre la curiosidad y su importancia en el avance de la civilización y lo que dicen las diferentes ramas de la ciencia sobre el origen de la curiosidad. La idea no es del todo nueva. En el prólogo de la Guía de la ciencia de Isaac Asimov hay una interesante reflexión sobre la curiosidad humana como el motor último de la ciencia más que cualquier otra motivación. El autor toma como ejemplo las biografías de diferentes personajes muy curiosos como Leonardo da Vinci y Richard Feynmann, aunque hay numerosas alusiones a personajes como Chopin o Newton, y los sitúa como ejemplos del poder de la curiosidad para avanzar en el conocimiento. También contrapone la condena que diferentes religiones han hecho a la curiosidad, desde Lot convertida en estatua de sal, a Eva mordiendo una manzana. La diferencia con los dos libros anteriores es que este libro no pretende llegar a ninguna conclusión, sino que es más una reflexión del propio autor sobre la importancia de la curiosidad. El libro es apto para todos los públicos ya que no profundiza demasiado en aspectos científicos sino que pone todo el énfasis en la parte cultural.
"El ADN dictador" de Miguel Pita.
He de reconocer que este libro me lo envió la editorial y lo leí el año pasado, pero por falta de tiempo todavía tenía la reseña pendiente. Me parece muy apropiado traerlo aquí por que lo considero un contrapunto a los tres libros anteriores. Si en los tres libros reseñados hasta ahora, más los que he mencionado en la introducción, juegan con la idea de que la evolución humana se articula en torno a un factor, este libro le da la vuelta al argumento. El ADN dictador trata de como la genética condiciona el comportamiento humano, la evolución y muchos aspectos de nuestro día a día. De la misma manera que en "El gen egoísta" Richard Dawkins postula que lo importante de la evolución no es el organismo sino el ADN que contiene, aquí Miguel Pita nos recuerda como el genoma condiciona parte de nuestro comportamiento. Por lo tanto hay un condicionante innato que no tiene que ver con factores externos. El libro no descubre nada nuevo para nadie que tenga unas nociones de genética, pero es interesante para hacer un acercamiento a esta rama de la ciencia.
Como conclusión ¿qué nos hizo humanos? Pues no tengo ni idea, pero probablemente nadie tenga la razón, o todos la tengan a la vez. La evolución tiene gran parte de azar y no va encaminada hacia ningún fin, por lo tanto que la especie humana desarrollara el lenguaje y la tecnología puede ser debido a un cúmulo de diferentes circunstancias, la mayoría de ellas azarosas.
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