¿Por qué cuando alguien recibe un diagnóstico de cáncer se encuentra de pronto sumergido en un confuso mundo de dietas milagro, tratamientos alternativos, hierbas curativas y remedios ancestrales, pero no les ocurre lo mismo a los pacientes de psoriasis, párkinson y diabetes, por citar algunos ejemplos?
¿Por qué parece que cada vez hay más gente con cáncer? ¿Es todo una conspiración de las multinacionales de la alimentación y las farmacéuticas?
Para aclarar esas y otras dudas hemos conversado con David Robert Grimes, investigador de la Universidad de Oxford. David es doctor en física, especializado en radiaciones ultravioleta, y aplica sus conocimientos a la medicina oncológica.
Sus intereses fuera del horario laboral son amplios y difíciles de resumir. Ha publicado en la revista PLOS ONE un estudio sobre física aplicada a la guitarra eléctrica, y un análisis matemático sobre la poca plausibilidad de las teorías de la conspiración. Colabora de forma habitual con The Guardian y otros medios.
PLCBO: El cáncer actúa como un imán para las terapias sin respaldo científico ¿Hay alguna explicación?
DRG: Creo que el problema es la absoluta ubicuidad del cáncer. Todo el mundo ha sido tocado por ella o ha perdido a algún ser querido, y eso genera un comprensible miedo a la muerte. En ese contexto, las promesas grandilocuentes y las falsas curas circulan con facilidad.
PLCBO: Si el cáncer es tan común hoy en día ¿Quiere eso decir que el mundo es cada vez más peligroso? ¿Quizás la polución, los transgénicos y los pesticidas nos están matando?
DRG: Es cierto que el cáncer está aumentando, ¡pero el mundo no es más carcinogénico! El cáncer es, principalmente, una enfermedad ligada a la edad. Las células sufren mutaciones a lo largo del tiempo, y cuanto más vivimos, tiende a haber más mutaciones. Como especie, vivimos más que nunca antes en la historia. Eso quiere decir que lanzamos el dado de las mutaciones muchas más veces. Además, hay menos muertes durante el parto, o a causa de enfermedades infecciosas, lo que significa que muchos más de nosotros desarrollaremos un cáncer durante nuestra vida. Todo esto no implica que el mundo sea ahora más peligroso.
PLCBO: Es relativamente habitual leer en los medios que algunas personas renuncian a tratamientos de radioterapia y quimioterapia por miedo a sus efectos secundarios. ¿Qué pueden ofrecer las terapias alternativas a esas personas?
DRG: En mi opinión, básicamente falsas esperanzas. Si la terapia en cuestión no tiene base científica puede ofrecer cierto efecto placebo, pero nunca nada efectivo. El problema es que la gente deposita enormes expectativas en esos tratamientos y abandonan la medicina convencional a cambio de falsas promesas.
PLCBO: Algunos argumentan que la industria farmacéutica no tiene interés en encontrar una cura para el cáncer porque saca enormes réditos de los enfermos.
DRG: Eso no tiene ningún sentido. Es un argumento que seguramente suena plausible en la mente de algunos paranoicos, pero es una completa bobada. Si nos ponemos cínicos, te diría que si una compañía encontrara una cura, sacarían una fortuna de ello. Sería absurdo esconderla y, si lo intentaran, se descubriría rápidamente.
PLCBO: Entonces, ¿Algún día veremos una cura para el cáncer?
DRG: La inmunoterapia es muy prometedora, pero el cáncer no es una única enfermedad y probablemente nunca habrá un único tratamiento que sirva para todo.
PLCBO: Decía usted hace un momento que una compañía no podría esconder durante mucho tiempo una cura para el cáncer. Parece que desconfía de las teorías de la conspiración.
DRG: Las grandes conspiraciones, aquellas que involucran a más de unos pocos cientos de personas, son muy difíciles de mantener en secreto. Cuando hay miles de personas involucradas, las revelaciones y los chivatos tienden a desvelar la información con relativa rapidez. Si alguien asegura que existe una gran conspiración científica en la que varios miles de personas son cómplices, esa persona está sobrestimando la capacidad de los grandes grupos para guardarse secretos.
PLCBO: Las teorías conspiranoicas tienen sin embargo cierta repercusión en los medios. ¿Venden bien, generan más 'clicks' y visitas?
DRG: Yo diría que sí.
PLCBO: Como periodista científico, ¿Resulta difícil argumentar en contra de creencias y teorías sin base cientírica?
DRG: Si echas por tierra las creencias de alguien, en ocasiones puede interpretarlo como un insulto. He recibido algunas amenazas e insultos. A veces me escribe gente realmente agresiva.
PLCBO: ¿Qué temas generan mayor controversia?
DRG: Asuntos como el cambio climático, las vacunas, la energía nuclear, la fluoración (del agua potable), los alimentos modificados genéticamente. Ese tipo de temas pueden provocar respuestas intensas, de una forma similar a los artículos que critican creencias religiosas. Algunos grupos que han tratado de meterme en problemas con mi empresa. Eso es bastante desagradable. Aún así, en general, creo que hacer divulgación científica y desmontar mitos es muy importante si queremos vivir en un mundo donde la evidencia, y no la retórica, es lo que importa.
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