viernes, 3 de marzo de 2017

Un físico en la ópera #Scientia #noticias


Octubre de 1988. El grupo de pipiolos que empezaba ese año la carrera de Ciencias Químicas en la Universidad de Murcia esperaba nervioso que entrase por la puerta el profesor que nos iba a explicar la asignatura de Física. Debo reconocer que estábamos un poco asustados. Habíamos oído hablar mucho de él pero nadie lo conocía. Decían que era muy alto, con aspecto de ogro y de avanzada edad. De pronto la puerta se abrió y entró un chaval con cara de adolescente que solo tendría unos pocos años más que nosotros. Se subió al estrado y dijo: "Hola, me llamo Rafa García Molina y voy a ser vuestro profesor. Empezamos". Nos quedamos muertos.

Aquel día empezó mi relación con uno de los mejores profesores que tuve en la carrera. Conforme fui conociéndolo mi admiración hacia su labor creció exponencialmente. Rafa no era solamente un gran profesor de física sino un excepcional divulgador de la ciencia. Quienes lo conocen, que son legión, saben de lo que les hablo. Ha participado en infinidad de eventos, recogidos decenas de premios y encandilado a muchas generaciones con su particular forma de divulgar la física. Por todo ello fue un honor para mí entregarle hace 3 años el I Premio de Divulgación Científica ADCMurcia en reconocimiento a toda su labor.

¿Y por qué les cuento hoy esto? Porque mi primer maestro en el mundo de la divulgación me ha vuelto a sorprender. Hace pocas fechas Rafa, junto a unos grandísimos alumnos de la Escuela Superior de Canto de Madrid, presentó en el Círculo de Bellas Artes de Madrid "Un físico en la Ópera". Se trata, ni más ni menos, que de una obra científico-musical concebida por él mismo donde mezcla fragmentos de ópera y experimentos de física. La idea me parece sublime, el atreverse a llevarla a cabo es para quitarse el sombrero y el ejecutarla como lo hizo solo está al alcance de unos pocos elegidos.

Estimados lectores sin más les dejo con "Un físico en la ópera" de Rafael García Molina, un tipo que si no existiese habría que inventarlo. Gracias profesor… por todo.

Jose