Esta fotografía, con la que abro post y nueva serie sobre anécdotas poco conocidas de la historia de la ciencia y la divulgación científica, nos muestra a unos sonrientes Isaac Asimov y Carl Sagan el 14 de diciembre de 1982, cuando ambos coincidieron en una fiesta donde se celebraba el veinte aniversario de la llegada a Venus de la sonda Mariner 2.
La imagen habla por sí misma. Asimov y Sagan eran grandes amigos. Y su buena relación durante tantos años de amistad y confidencias nos deja alguna que otra anécdota poco conocida.
Como por ejemplo el 6 de abril de 1968, día de la boda de Sagan con su segunda esposa, la artista y escritora Linda Salzman. Asimov era uno de los invitados al enlace al que acudió acompañado de su primera esposa, Gertrude Blugerman. La boda de Sagan y Linda fue una tradicional boda judía a la que Carl accedió más por tradición que por convicción. De hecho, parece ser que le insistió al rabino para que hablara del Big Bang en un pasaje del Génesis que le había propuesto previamente.
Durante el banquete, o más bien en la hora de las copas, Rachel, la madre de Sagan, recibió efusivamente al gran Asimov de esta manera:
- «¿Y cómo están sus nietos, doctor Asimov?».
- «Yo no soy abuelo», contestó Isaac.
- «No hay nada malo en ser abuelo», dijo Rachel Sagan.
- «Sin duda. Solo que yo no lo soy».
- «Mi marido y yo no hemos sido nunca tan felices como desde que tenemos nietos», insistió la madre de Carl.
- «¡Mire!», le contestó Asimov seguramente con alguna cerveza de más, «¡por mí puede ser usted tan feliz como quiera, pero yo no soy abuelo!».Gertrude tuvo que arrastrar a su ofendido esposo a rastras fuera del radio de acción de la empeñada abuelita. En aquel momento Asimov tenía 48 años, exactamente los mismos que cumpliré yo este verano, así que lo comprendo perfectamente.
Tampoco Asimov pasó desapercibido en el tercer matrimonio de Sagan, cuando se casó con Ann Druyan en junio 1981. En esta ocasión el genio de las blancas patillas largas escribió estas «cósmicas» palabras para celebrar la bodas de sus amigos:
«Tres hurras para Carl Sagan y Ann. Que hoy se han convertido en mujer y hombre. Sea vuestra vida brillante como el día. Como la ancha Vía Láctea. Como el Big Bang con el que todos comenzaron»
Y sobre la inteligencia del creador de Cosmos, en varias ocasiones Asimov dijo que Carl Sagan era una de las dos personas que había conocido que eran más inteligentes que él. La otra era Marvin Minsky, uno de los padres de la ciencia de la computación. Poco después de publicarse La conexión cósmica, para mí uno de los mejores libros de Sagan, Asimov le escribió lo siguiente a Carl:
«Acabo de terminar La conexión cósmica y me encantó cada palabra de ese libro. Eres mi idea de un buen escritor, porque tienes un estilo inconfundible y cuando leo lo que escribes te oigo hablar en mi cabeza.
Hay una cosa en el libro que me pone nervioso. Y es que es demasiado obvio que eres más inteligente que yo. Odio eso».
Más información: Con motivo del veinte aniversario de la muerte de Carl Sagan recopilé en un solo post los 33 artículos que he escrito sobre su vida y obra desde que nació el blog. Y además en este enlace puedes escuchar mi intervención de hace unas semanas a nivel nacional en Radio 3 hablando de Sagan tras la reciente reedición de su obra maestra El mundo y sus demonios.
Y sobre Isaac Asimov también hay mucho material que recordar: De químico a químico, La carta de Asimov, la química en la ciencia ficción de Asimov, una entrevista a Asimov en 1982, etc.
Fuentes:
(1) Carl Sagan. Una vida en el Cosmos, William Poundstone (1999)
(2) https://www.brainpickings.org/2013/07/22/isaac-asimov-carl-sagan-letters/
Las traducciones de las citas literales son mías, salvo las que cuenta Poundstone en su biografía de Sagan (1999)