viernes, 10 de febrero de 2017

El médico ante el espejo #e-ciencia #noticias


No estaría nada mal que todas las profesiones fuesen tan escrutadas como la pro

fesión médica. Será que la salud, por su vinculación con la supervivencia y la efímera existencia humana, nos preocupa desde los albores del juramento hipocrático y, lejos de que el pensamiento del siglo XXI nos ofrezca respuestas racionales, seguimos a menudo enzarzados más en la crítica destructiva del sistema sanitario que en abordar un enfoque constructivo que ayude a mejorar la praxis médica. Por eso son tan relevantes ejercicios pedagógicos de autocrítica como éste que firma el urólogo y cirujano oncológico Salvador Esquena.

El médico Salvador Esquena ha hecho algo que no es habitual en ninguna profesión pero, si me apuran, todavía menos en el colectivo médico, dado al corporativismo y a la autodefensa (motivada por el acoso y derribo al que es sometido periódicamente): autocrítica. Esquena nos ofrece en "En la piel del paciente" una autocrítica ácida y teñida de tópicos y arquetipos, peligrosa por reduccionista y, por tanto, también por facilitar munición a los proclives a atacar al sistema sanitario, a los amantes del te-lo-dije, a los magnificadores de las contras, a los magufos, a todos aquellos que no comprendan que centrarse en lo malo, en aras de mejorar, no significa que lo malo abunde.

No metamos a todos los médicos en el mismo saco, por favor. No creo que haya sido la intención del autor, pero tal y como queda el producto final puede que muchos lectores no capten el mensaje. Y no será por su culpa, sino seguramente debido a la falta de pedagogía social que todavía existe sobre lo que significa la autocrítica, en especial en nuestro país, donde cuesta tanto aceptar las críticas y los errores. Y no únicamente a los médicos.

Pero lo que ha hecho Salvador Esquena no es solo necesario sino imprescindible. Hacía falta que alguien tirase de la manta y superase la omertá. La pena es que no ponga nombres y apellidos en algunos casos, que no señale a los que dan mala fama a todo un colectivo. Y es que Salvador Esquena dibuja "En la piel del paciente" seis perfiles médicos que seguramente reconoceremos más los pacientes que los médicos. Son retratos rápidos de visita de cabecera, rauda, azuzada por la lista de espera y la baja ratio de médicos por paciente. A saber: el médico deshumanizado, el médico sin ética, el médico quemado, el médico pseudocientífico, el médico narcisista y el médico enfermo. Lo que más sorprenderá al paciente es que se confirmen sus sospechas desde el otro lado, el de la bata blanca. Sí, todos ellos existen. Pero ni son todos la misma persona, ni tienen por que ser necesariamente su médico.

Es probable que algunos médicos que sepan leer entre líneas reconozcan a algunos compañeros entre los arquetipos anteriores o que, incluso, admitan poseer alguno de los rasgos esbozados por Esquena en alguna de las caricaturas que ofrece al paciente cansado del sistema, del box, de la espera del pasillo y ávido de venganza. Porque, sin duda, la realidad es una amalgama compleja y abigarrada y los perfiles médicos no son una excepción. Y los pacientes tampoco son bloques anatómicos uniformes: los hay de epidermis más o menos fina, con o sin bata. Nos miramos ante el espejo pero, como en los laberintos de espejos, los reflejos pueden haberse deformado por la óptica y no reconocernos. ¿Cómo nos verán los demás?

No obstante, la obra es ideal para estudiantes de medicina y profesionales de mentalidad abierta y flexible, que sepan guardar cierta distancia entre la realidad y el retrato, a veces literario, que ofrece Esquena. Si entienden el mensaje, aprenderán mucho y sabrán que la intención de Esquena ha sido buena: mejorar la ética y la praxis médica. Incluso se reirán un rato con algunos pasajes, ya sea porque se reconocerán como protagonistas de situaciones tragicómicas derivadas de la precariedad laboral del colectivo sanitario, o porque a veces se ríe por no llorar.

 

Salvador Esquena (2016). En la piel del paciente. Barcelona: Nowbooks. 182 páginas.