La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) sorprendió al mundo hace pocos días al alertar de que las bebidas calientes pueden provocar cáncer por encima de 65 grados. Las clasificó en el grupo llamado 2A, donde engloba aquellos agentes que probablemente son carcinógenos, aunque la evidencia todavía no es concluyente.
Al mismo tiempo hubo otro movimiento, más sigiloso, en sus clasificaciones: el café pasó a formar parte del grupo 3, donde están aquellas sustancias que la IARC no puede clasificar como carcinógenas, pero que tampoco han demostrado ser inocuas.
Tras esos cambios, el ranking de agentes que pueden provocar cáncer ha quedado de esta forma: 118 probablemente causan cáncer; 369 quizás lo causan, con menor o mayor probabilidad; 502 no se pueden clasificar y, atención, uno, probablemente no causa cáncer.
La pregunta que se hace cualquiera al ver esta tabla es obvia: ¿Cuál es esa sustancia mágica que no provoca cáncer? La respuesta es: la caprolactama, una molécula que se utiliza para sintetizar el nylon y fabricar estupendas prendas ajustadas.
La caprolactama puede ser moderadamente tóxica para los humanos. Puede provocar irritación y dolores de cabeza, pero la IARC decidió en 1999 que probablemente no causa cáncer. Así que no se preocupe, continúe haciendo lo que hace con esa ropa interior de nylon. Lo peor que le puede pasar es que se le irrite la piel, pero sobrevivirá.
¿TODO LO DEMÁS PUEDE MATARME?
La IARC es extremadamente conservadora a la hora de dar a conocer sus conclusiones. Tanto, que para afirmar que no hay pruebas convincentes para clasificar el café en uno u otro grupo ha examinado más de 1.000 estudios científicos. Es evidente que no se toman su trabajo a la ligera.
A ese celo extremo se suma el hecho de que solamente estudia aquellas sustancias que creen que tienen posibilidades de ser carcinógenas. El resultado es que las noticias que leemos en los medios de comunicaciones resultan ser en casi todos los casos alertas sobre posibles peligros. Parece que todo a nuestro alrededor causa cáncer.
Sin embargo, el hecho de que no se pueda descartar que una sustancia causa cáncer no significa que sea peligrosa. Aquí sirve una vez más, como analogía, el argumento de la tetera de Russell. Nunca podremos descartar que hay una tetera girando alrededor del Sol, entre la Tierra y Marte, porque nuestros telescopios no son tan potentes para detectar cuerpos tan pequeños. La ciencia no puede afirmar con rotundidad que no existe esa tetera, pero eso no significa que exista.
Por ese motivo, cuando la IARC clasifica agentes como las ondas electromagnéticas en el grupo 2B (baja probabilidad de ser carcinógenas), no es necesario correr a desenchufar el router.
La entrada Solo existe una sustancia que (probablemente) no causa cáncer: el nylon aparece primero en Plcbo.net.