Es más que evidente que sólo los religiosos pueden expresar las mayores barbaridades sin temor alguno a represalias. Y el último ejemplo viene de Israel.
Allí, unos de esos dementemente criminales barbudos con tirabuzones, individuos de lo más ofensivamente ignorantes, acaba de pedir a los colonos judíos que envenenen los pozos y los acuíferos de los pueblos palestinospara que así se cumpla el mandato bíblico de que la tierra de ese castigado país sea únicamente habitada por el pueblo elegido.
Pero eso sí, que quede bien claro que la religión es todo amor y que hay que respetar siempre y en todo lugar las creencias de los demás.