La paloma disecada que veis sobre estas líneas es un testimonio de la capacidad de destrucción de los seres humanos. Se trata de la última paloma pasajera o migratoria que vivió en nuestro planeta, después de su especie fuera sometida a una caza similar a la que sufrieron otros animales, como el pájaro Dodo o los pobres tilacinos. El 1 de septiembre de 1914, esta paloma a la que llamaron Martha y a la que intentaron cruzar con los últimos machos de forma desesperada, murió en la soledad de su jaula en el zoo de Cincinnati y con ella se acabó la historia de las palomas migratorias.
Lo dramático es que solo 100 años antes estas aves volaban por millones en Estados Unidos. Las bandadas eran de cientos de miles de individuos y oscurecían el cielo a su paso. Un dato de Wikipedia:
La bandada más grande registrada medía 1,6 kilómetros de largo y tardaba varios días en cruzar una zona, durante los cuales disminuían la luz y el calor que recibían sus habitantes.Estas grandes bandadas eran una presa fácil y se organizaron matanzas masivas para aprovechar la carne, la piel y la grasa de estas aves. Se mataban palomas por millones y hacia 1880 se produjo un punto de no retorno: las aves solo hacían una puesta al año y el ritmo de mortandad era mucho mayor que el de nacimientos. Otro dato escalofriante:
En 1896 se produjo el asalto a la última gran colonia de cría, matándose 250.000 ejemplares en un solo día que constituían el número total de los adultos en la zona. Las crías, huevos y nidos fueron abandonados al bochorno del sol y los depredadores. Curiosamente, las palomas migratorias cazadas entonces no llegaron nunca al mercado porque el tren que las transportaba descarriló y sus cuerpos quedaron desparramados y abandonados a su alrededor.Los restos de Martha fueron conservados en hielo por los responsables del zoo de Cincinnati y entregados posteriormente al museo Smithsonian, donde se conservan hoy día junto al ejemplar de un macho disecado que murió varios años antes que Martha. Su desaparición sirvió para concienciar sobre la necesidad de proteger a las aves migratorias, aunque para las palomas migratorias ya era tarde.
Más info: This Is Martha, the World's Last Known Passenger Pigeon (Smithsonian)
Relacionado: El bichito que mató a 4.000 millones de árboles
Entrada publicada en Fogonazos http://www.fogonazos.es/