Las personas a las que les ha funcionado la homeopatía suelen comentar que los naturópatas, a diferencia de los médicos convencionales, no despachan la consulta en diez minutos, sino que escuchan durante cerca de una hora todos sus problemas, tanto médicos como personales.
El médico de la seguridad social solo presta atención a los síntomas que sufre el paciente para recomendar un tratamiento determinado. El homeópata, en cambio, pregunta por su estado de ánimo, sus vínculos familiares y otros aspectos aparentemente alejados de su problema físico.
Esa forma de actuar hace que los pacientes se sientan escuchados y bien atendidos, lo que de por sí puede tener un efecto curativo. Por otro lado, ha extendido la creencia de que la homeopatía, como otras terapias alternativas a la medicina, no cura los síntomas, sino que aborda la salud de forma holística.
Ahora bien, ¿cuántos de los que estamos en la sala sabemos para qué necesita el homeópata información sobre la relación del paciente con sus abuelos o sobre cómo hace la digestión tras comer fruta para determinar qué tipo de pastilla receta para un dolor de oído?
Como vamos a ver, el diagnóstico homeopático es bastante parecido a elaborar una carta astral. Pero vayamos por pasos para explicarlo.
QUÉ HERRAMIENTAS TIENE A SU ALCANCE UN HOMEÓPATA
A diferencia de los médicos, que han estudiado cómo funciona el cuerpo humano a partir del conocimiento que la ciencia ha ido acumulando durante siglos, los homeópatas trabajan a partir de la sabiduría impresa en un único libro, podríamos decir que revelado en el siglo XIX.
Se trata del volumen llamado Materia Medica, elaborado en 1901 por el austríaco William Boericke. Es un tratado que recoge cerca de 600 remedios homeopáticos y los síntomas que supuestamente puede revertir. Casi en paralelo, se redactó la Farmacopea Homeopática de los Estados Unidos, una base de datos a la que se han ido añadiendo remedios, hasta alcanzar cerca de un millar.
Sobre esta base, vamos a tratar de explicar qué es lo que apunta en el historial del paciente el homeópata durante la hora que puede durar la visita.
Imaginemos que un paciente llega a la consulta con dolor de estómago. El homeópata intentará primero determinar cuál de los cientos de remedios en la farmacopea encaja con ese síntoma principal y verá que hay al varias decenas que son candidatos a tratar ese problema. Para afinar su diagnóstico, comenzará a preguntar por otros aspectos de la vida del paciente que aparezcan en la descripción de las sustancias en el volumen de Materia Medica, hasta que encuentre la que mejor encaja.
Vamos a acotar un poco más el ejemplo. Imaginemos que el homeópata sospecha que un buen remedio para nuestra dolencia es el ácido acético. Según la descripción de esa sustancia en su vademécum, algunos de nuestros síntomas adicionales deberían que ser los siguientes:
- Irritabilidad. Preocupación por cuestiones de negocios
- Heces acuosas. Sobre todo por la mañana
- Dificultades al respirar. Tos al inhalar
- Palidez
- Quemazón estomacal
Así que el homeópata nos preguntará por nuestra vida laboral y personal, si pasamos por una etapa de estrés y cómo es nuestra relación con los compañeros de trabajo. El paciente pensará que ese amable naturópata se interesa genuinamente por su vida, pero sencillamente trata de encajar unos síntomas en su libro revelado.
EN QUÉ SE BASA EL CONOCIMIENTO RECOGIDO EN MATERIA MEDICA
En la imaginación de William Boericke. No existe evidencia de que las sustancias recogidas en ese libro tengan efecto alguno sobre los síntomas que aseguran tratar y no hubo motivos racionales para que el homeópata austriaco relacionara unos con otros.
Es como preguntarse si existen motivos racionales para sostener que los Piscis son emocionales y obstinados, o los Capricornio son generosos e introvertidos.
ADVERTENCIA FINAL
Conviene repetir una vez más, como hemos hecho en otras ocasiones en PLCO.NET, que los principios en los que se basa la homeopatía, más allá de la clasificación de las sustancias que utiliza, son anticientíficos y han sido descartados por decenas de estudios y ensayos clínicos.
La homeopatía es una técnica que inventó el alemán Samuel Hahnemann sobre unas bases que han resultado ser falsas:
- Lo similar cura lo similar. Inspirado en la aparición de las primeras vacunas, Hahnemann trató de extender esta máxima a toda la medicina. Según su teoría, el veneno de la serpiente, en pequeñas dosis, revierte los síntomas que provoca. La cafeína, en pequeñas dosis, calma los nervios, etc.
- Cuanto más baja es la dosis, mayor efecto tiene. La homeopatía lleva a esta el extremo esta afirmación, hasta el punto de que en los remedios homeopáticos no existe una sola molécula de la sustancia supuestamente curativa.
- El agua tiene memoria. Para justificar que una pastilla de azúcar que no contiene sustancia curativa alguna pueda tener algún efecto, los homeópatas aseguran que el agua recuerda las sustancias con las que ha estado en contacto. Por suerte, eso es falso, porque en otro caso el agua recordaría lugares por los que ha pasado que quizás es mejor olvidar…
Si tiene interés en profundizar en el contexto histórico en el que surgió la homeopatía, quizás le interese dedicar unos minutos a leer esta entrada: ¿Qué es la homeopatía? Historia de un cadáver científico.
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