Una de las consecuencias de la imposición del pensamiento único neoliberal es que ya no necesitan siquiera disimular, pueden decir a la cara de la ciudadanía las mayores barbaridades y por supuesto no pasa nada.
El presidente de la patronal empresarial, libre de cualquier tipo de presión y de decencia, ha dado rienda suelta a sus más oscuros deseos (bueno quizás dentro de poco ya no serán un sueño, porque al paso que vamos cualquier día de estos se hacen realidad) y acaba de hacernos partícipes de ese glorioso futuro en el que los derechos laborales y sociales habrán desaparecido, y los trabajadores se convertirán directamente en siervos de la gleba como en el Medievo o mejor aún, en esclavos del Imperio Romano.
Siguiendo el atroz sistema neoliberal, en donde recorte tras recorte y "reforma" tras "reforma" vamos todos camino del más tenebroso Tercer Mundo, cualquier día de estos los empresarios solicitarán (en nombre de la competitividad de las empresas patrias) que todos arrimemos el hombro y dejemos de perder el tiempo con la educación de nuestros hijos, y así en lugar de aprendizaje y juegos nuestros vástagos se incorporarán en igualdad de oportunidades a sus equivalentes de Indonesia, Filipinas y el resto de las naciones "avanzadas" en Neoliberalismo, a trabajar en los talleres ilegales, en las minas y en las fábricas para que la productividad del sistema continúe por la senda del crecimiento desbocado y los beneficios empresariales no se resientan, puesto que eso en este mundo es un anatema que no se puede tolerar. Y si no al tiempo.