En el último siglo el ser humano ha desarrollado las más diversas tecnologías, en principio diseñadas para mejorar nuestra calidad de vida, que sin embargo están siendo utilizadas por esos casi invisibles, pero letales microorganismos patogénicos para diseminarse de la manera rápida y eficaz por todo el globo terráqueo.
En esta brevísisima charla un jovencísimo investigador de tan sólo 17 años explica como ha aplicado las más novedosas tecnologías informáticas a la dinámica clásica de fluidos, hecho que le ha permitido modelizar y comprender como circula el aire dentro de los aviones, y como en estos entornos cerrados un defectuoso diseño permite que se propaguen muy eficientemente los patógenos.
El incisivo investigador lejos de quedarse en la mera descripción de este importante problema sanitario, ha sido capaz de diseñar un pequeño dispositivo, barato a la vez que sencillo de implementar en cualquier tipo de avión comercial que hace aumentar el flujo de aire fresco en los aviones y quitar de la circulación los patógenos del aire, disminuyendo drásticamente la tasa de contagios entre el pasaje. Y por este logro ha sido recientemente galardonado con el prestigioso premio internacional “2015 Intel Science and Engineering Fair” para jóvenes promesas científicas.
Este es el tipo de ejemplo que debería publicitarse en los medios de comunicación a nuestra juventud y no la perenne casi adoración que reciben constantemente esa panda de pateadores de balones cuya única utilidad social consiste en mantener a las masas aborregadas frente al televisión mientras hacen aumentar el consumo de cervezas y de comida basura.
Fuente
La Ciencia y sus Demonios / facebook.com / twitter.com / youtube.com
La primera gran virtud del hombre fue la duda y el primer gran defecto la fe (Carl Sagan)
