La Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP) ha publicado un manifiesto contra la difusión de pseudoterapias sin aval científico, iniciativa a la que se puede adherir en el siguiente enlace:
Esta asociación intenta proteger al enfermo de la multitud de terapias pseudocientíficas que pueden perjudicarle, ya sea por abandono de un tratamiento avalado científicamente, por dañar su salud o por pagar cantidades de dinero sustanciales por falsas terapias que no pueden ofrecerle una curación real. Más información en http://www.apetp.com/
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Carta a las autoridades políticas y sanitarias de España, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos
Con la vida no se juega.
Manifiesto en contra de la difusión de pseudoterapias sin aval científico.
Nos dirigimos para pedir el apoyo de este manifiesto y petición, no solamente al mundo científico y académico. Nos dirigimos a la sociedad en general. Al fontanero, a la funcionaria, a la barrendera, al médico, a los pacientes, a los enfermos, a las auxiliares de enfermería, a las enfermeras, a los camilleros, a las profesoras y alumnos de instituto. A cualquier persona que aspire a que cualquier oferta de terapia existente, sea realmente una terapia de resultados bien demostrados, y no una mera especulación. Siempre pensando en lo más importante: la persona enferma, que podemos ser todos.
Por ello, las personas y asociaciones que firmemos esta petición y manifiesto, dirigida a políticos y autoridades sanitarias, lo hacemos con la intención de que se ponga fin a la práctica, difusión y promoción de las pseudoterapias, con el objetivo de evitar sus nefastas consecuencias. Por tanto,
MANIFESTAMOS:
1.- Que en España se promocionan y comercializan ciertas prácticas calificadas como terapias, pero sin respaldo científico real, para tratar patologías físicas y psicológicas. No solo se practican por personas sin titulación oficial, sino también por determinados profesionales de las Ciencias de la Salud. Dichas prácticas, calificadas como terapias naturales, complementarias, alternativas, o denominaciones similares, no han demostrado evidencia científica alguna, como así se admite en el “Documento de Análisis del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, de 2011, sobre la situación de la terapias naturales”. Mientras no demuestren la evidencia terapéutica que dicen tener (y que se exige a los tratamientos y terapias de la medicina científica), estas prácticas deben ser consideradas pseudoterapias.
2.- Que estas falsas terapias suponen un abuso, un grave riesgo para la salud y un daño económico y moral:
Abuso, porque sus promotores se aprovechan de la falta de conocimientos científicos de una buena parte de la población y las connotaciones positivas de términos como natural, orgánico o sin efectos secundarios, para prometer unas curaciones que no se dan y unas mejorías que, según los ensayos clínicos más rigurosos, no van más allá del efecto placebo.
Grave riesgo, porque los practicantes de estas falsas terapias manipulan al enfermo y desprestigian a la medicina científica con argumentos falaces, sin aportar ninguna prueba de sus afirmaciones y basándose en especulaciones infundadas. Debido a esta manipulación interesada, no es raro que muchas personas hayan desarrollado miedos injustificados hacia los fármacos y tratamientos respaldados por ensayos clínicos, lo que les lleva a elegir las pseudoterapias como primera opción de tratamiento o incluso el abandonar la medicina científica. El resultado extremo son numerosos casos de muertes prematuras y evitables.
Daño económico y moral, porque no solo no proporcionan las curaciones ni beneficios que prometen y por los que el enfermo paga, sino que también perjudican moral, psicológica y económicamente al paciente, su entorno familiar e incluso a la sociedad en su conjunto.
3.- Y manifestamos que nos sentimos totalmente desprotegidos por nuestras autoridades sanitarias y políticas, y por los poderes públicos en general, por los siguientes motivos:
A) Porque consienten la vulneración continua de la legislación sanitaria, que establece que la actuación sobre la salud de las personas (conservación, mejora y curación) es competencia de los profesionales de las Ciencias de la Salud. Un ejemplo claro de esto es la transigencia con la promoción y práctica de terapias o pseudoterapias a personas que carecen de titulación adecuada y, usualmente, en centros no sanitarios.
B) Porque no hacen cumplir dicha legislación a los propios profesionales de las Ciencias de la Salud, la cual les exige “utilizar terapias y productos que hayan demostrado una alta evidencia científica”. En cambio, consienten la aplicación de técnicas pseudocientíficas sin más criterio (subjetivo, incontrastable y sin valor científico) que la efectividad que presuman tener en su grupo de pacientes. Igualmente, la aplicación de placebos y técnicas sin respaldo científico viola inaceptablemente los códigos deontológicos de sus propias disciplinas.
C) Porque consienten que los ayuntamientos y universidades cedan espacios públicos para la celebración de conferencias, congresos o cursos en los que se desinforma y mal aconseja a su auditorio sobre hábitos de salud, y donde promocionan (e incluso venden) productos sin rigor científico anunciados como tratamientos curativos.
D) Por tanto, porque no cumplen las obligaciones impuestas por los artículos 43 y 51 de la Constitución Española sobre protección de la salud de los ciudadanos, fomento de una educación sanitaria basada en informaciones veraces y defensa de consumidores y usuarios.
POR LO EXPUESTO, EXIGIMOS:
1.- El cumplimiento estricto de nuestra legislación sanitaria y de consumo, y la creación de leyes que tipifiquen penalmente el incumplimiento de la misma.
2.- La creación de normas específicas para potenciar las terapias científicas y acabar con la permisividad hacia técnicas y productos sin aval de ensayos clínicos rigurosos.
3.- La obligatoriedad de que cualquier cargo público relacionado con la salud, consumo, cultura o educación, posea una formación específica (o asesoría que la tenga) que le permita saber diferenciar entre ciencia y pseudociencia y le capacite así para poder combatir este problema de salud pública.
4.- La obligatoriedad de que todos los cargos públicos –estatales, autonómicos y locales– conozcan en profundidad los artículos de la Constitución Española, tanto en los derechos que garantizan como en sus límites. En particular, que los organismos públicos deben respetar el derecho a la libertad de expresión, pero dicho respeto no obliga a ceder sus instalaciones a cualquier solicitante, en especial para albergar actos que hagan peligrar la salud de la ciudadanía, como la promoción de pseudoterapias o falsa información.
POR TODO LO EXPUESTO, ANUNCIAMOS
que llevaremos a cabo todas aquellas protestas, reclamaciones, denuncias y demás acciones necesarias para conseguir los derechos sanitarios manifestados. Pedimos a la ciudadanía, colectivos y asociaciones el apoyo a lo que en este manifiesto se expone.
APETP
Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas
Nº Reg. Asociaciones: 608.238
Fuente
ARP-SAPC / facebook.com / youtube.com / twitter.com / ivoox.com
#Escepticismo y pensamiento crítico. Cuenta oficial de ARP-SAPC (Alternativa Racional a la Pseudociencia - Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico).