
Hace unas semanas, cuando el astronauta Scott Kelly envió las imágenes de la planta zinnia a la Tierra parecía todo perdido. El agua se estaba acumulando sobre las hojas y tallos y muchos de los tejidos estaban muriendo. Las plantas podían morir si no hacían algo pronto. Los responsables de la NASA tomaron entonces dos decisiones: aumentar la potencia del ventilador del invernadero de la Estación Espacial Internacional (ISS) para intentar detener el daño y darle a Scott Kelly plenas facultades para tomar las riendas de la situación y convertirse en el primer jardinero autónomo de la historia espacial.
Más info en: La primera flor que crece en el espacio (Next)
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