No hay mente más enferma que la de un verdadero creyente, y si encima este es un imán musulmán, pues sólo queda esperar lo peor.
Así un clérigo musulmán de la ciudad de Colonia, donde las pasadas festividades navideñas docenas de mujeres fueron agredidas sexualmente ha indicado, con esa ignorante y estúpida prepotencia que da el saberse al dedillo un delirante libro escrito por un beduino pederasta, que la culpa de los delitos no es de los asquerosos agresores sexuales, sino de las propias víctimas puesto que son ellas las que "echan leña al fuego" ya que "estaban semidesnudas y usaban perfume".
Es decir que para la carcomida y pútrida mente de este psicópata sexual en potencia, si se le acerca una mujer con los labios pintados de carmín, él sería incapaz de comportarse como un ser racional, lo que es la prueba evidente que los creyentes tienen razón a la hora de afirmar que la evolución no existe (al menos en su caso), ya que se encuentran muy por debajo de nuestros primos primates en la escala filogenética, y a pesar de su pretendida mesura y autocontrol, al final estos piadosos enfermos mentales son incapaces ni siquiera de moderar esos bestiales instintos que les excluyen de la condición de sapiens, dejándoles en el lugar que verdaderamente les corresponde por derecho: el parque zoológico.
Fuente
Diario de un ateo
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