Las personas creyentes tienen una curiosa manera de pensar absolutamente paradójica. Mientras por una parte afirman poner todas sus esperanzas en la todopoderosa benevolencia de su dios mediante la plegaria, sin embargo la mayoría de ellos se ufanan como el resto de los mortales en obtener el mejor tratamiento médico posible, ese que les aleje de ese supuestamente glorioso momento en el que van a reunirse con su creador y vivir toda una eternidad de gozo y dicha.
En el siguiente video un verdadero creyente nos ilustra sobre ese tan supuestamente poderoso rezo que sin embargo únicamente funciona con la humilde, pero acreditadamente efectiva colaboración de la medicina, prueba evidente de que en el fondo de su muy debilitado intelecto los creyentes saben que están perdiendo miserablemente su tiempo.
Fuente
Diario de un ateo
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