Es más que comprobable que los dioses han estado siempre ávidos de la sangre y el sufrimiento de sus acólitos, y aunque pueda parecer sorprendente no hace falta acudir a ejemplos clásicos de los sacrificios humanos de los aztecas para observar que incluso a día de hoy decenas de miles de personas son inmoladas cada año en el sanguinario altar de la moral.
Así un reciente estudio ha puesto cifras al drama del aborto, en un mundo dominado por el patriarcado, en donde en infinidad de naciones se prohíbe y se persigue el aborto bajo la terrible imposición de la moral religiosa (aunque las tasas de natalidad de este ya atestado planeta son insostenibles desde cualquier punto de vista racional), más de 22 millones de mujeres deben abortar en condiciones inseguras cada año. Debido a las penosas condiciones de su práctica ilegal cerca de 7 millones de ellas necesitan posterior tratamiento médico, muchas veces teniendo que elegir en solicitar asistencia sanitaria y el riesgo de acabar siendo insultadas, marginadas, encarceladas y hasta lapidadas por el "delito" de decidir si desean o no tener descendencia. Al final, más de 22.000 mujeres mueren al año por no haber podido acceder a un aborto realizado por profesionales cualificados.
Pero eso sí, nada de contradecir el sagrado mandato divino de "creced y multiplicaos" hasta que este cada vez más pequeño planeta llamado Tierra quede aplastado por el peso de estos homos cada vez menos sapiens.
Fuente
Diario de un ateo
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