Artículo publicado por Tania Rabesandratana el 24 de agosto de 2015 en Science Insider
Francisco Franco gobernó España desde 1939 hasta su muerte en 1975. Su régimen autoritario y nacionalista controló brutalmente la vida cultural y política del país, pero también la científica, de acuerdo con Enseñanza, ciencia e ideología en España (1890–1950), un reciente libro publicado en español. En él, Manuel Castillo Martos y Juan Luis Rubio Mayoral muestra que el franquismo asfixió la investigación y delegó en el Opus Dei, una institución católica conservadora, la vida política académica.
Science Insider charló con Castillo Martos; este intercambio ha sido editado para una mayor brevedad y claridad.
Franco inaugurando el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria en 1954
P: Usted estudió química durante la dictadura de Franco en la década de 1960. ¿Cuál fue su experiencia personal en la universidad durante ese periodo?
R: Recuerdo recibir una clase de biología por Pedro Castro Barea, que imbuía su enseñanza con los principios liberales y humanistas. Podía ver la diferencia con otros profesores más conservadores. Antes de que lo tuviese como profesor, Castro Barea fue expulsado de la universidad durante 5 años, y luego de nuevo aceptado pero degradado como parte de la depuración, o “purga” de Franco.
P: ¿Qué significa “purga”?
R: En el libro explicamos que se crearon “comités de purga” en cada universidad española para identificar a los académicos que el gobierno quería eliminar, en base a sus ideas políticas o religiosas. Algunos fueron relegados de su puesto en la universidad, otros no pudieron volver a la universidad en absoluto, otros fueron encarcelados. Algunos no pudieron abandonar el país, pero muchos lo hicieron, incluyendo alrededor de un centenar que se exiliaron en México.
P: ¿Qué otros medios usó el régimen franquista para controlar la investigación académica?
R: Hemos hallado datos no publicados sobre prohibiciones en universidades españolas, las cuales no permitían el uso de los libros de Darwin. El régimen de Franco defendía el literalismo de la Biblia, la cual estaba considerada como un registro infalible, inspirado por la palabra de Dios. Las ideas científicas que la contradecían, como la evolución darwinista, eran consideradas inaceptables. Por ejemplo, en los últimos años del franquismo, la censura religiosa prohibió al divulgador científico Félix Rodríguez de la Fuente usar la frase “el mar, la cuna de la vida”, en la televisión pública.
P: Usted escribe que, en 1937, Franco disolvió la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE), establecida en 1909 para promocionar la ciencia española y los intercambios con investigadores extranjeros.
R: La modernización de la ciencia bajo la JAE se detuvo por la Guerra Civil Española [entre los Republicanos y los nacionalistas de Franco]. Franco estaba determinado a enterrar el espíritu renovador que representaba la JAE. El régimen mantuvo la infraestructura, pero destruyó todo lo demás, incluyendo las becas para enviar a científicos españoles al extranjero, o invitar a científicos foráneos a España.
P: Luego, en 1939, Franco creó lo que hoy es el mayor cuerpo científico estatal en España, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). ¿En qué difería de la JAE?
R: Bajo el mando de Franco, el CSIC estaba en manos del Opus Dei. Esa es la realidad. El espíritu de los años de la JAE se habían perdido por completo. Pero aquellos que eran responsables de la represión contra los investigadores fueron las autoridades políticas, no el CSIC como institución.
P: ¿Cómo se recuperó la ciencia española una vez finalizó la dictadura de Franco?
R: Después de 1975, vimos un retorno al espíritu de la JAE, ayudando a los profesores a pasar tiempo en el extranjero. Yo mismo pasé un tiempo en Alemania tras mi doctorado. Creo que el CSIC ha superado completamente estos inicios de su historia, y ha alcanzado un alto nivel científico. Lleva a cabo proyectos de investigación internacional y se ha abierto a todos los continentes. Pero, en los últimos años, ha sufrido severos recortes de presupuesto, por lo que veremos un nuevo declive. Existe un neo-Franquismo latente bajo el actual gobierno [conservador].
P: ¿Los dictadores son, en general, malos para la ciencia?
R: Vemos similitudes entre lo que sucedió en España y otras dictaduras, como las de Portugal, Grecia, o Alemania. La ciencia, y el conocimiento en general, tienen que desarrollarse y progresar libres de cualquier atadura ideológica, ya sea religiosa o política. Eso es algo que ningún régimen dictatorial puede tolerar o admitir.
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