En 2012 se reveló que el pastor Álvaro Gámez tenía sexo con jóvenes de su congregación — la iglesia de Salem en Pasto.
En ese momento, hubo evidencia fotográfica de los hechos y los denunciantes recibieron amenazas. Tres años después, un juez decidió dejar en libertad al pastor:
Un juez de la ciudad de Pasto absolvió este viernes al pastor Álvaro Gámez, quien había sido procesado por los delitos de acto sexual y acceso carnal con persona puesta en incapacidad de resistir.
Gámez fue acusado por la Fiscalía por el abuso sexual de 27 mujeres en el templo evangélico que él presidía.
Según la Fiscalía, el hombre abusó de sus feligreses con el argumento que el acto era una alabanza a Dios.
Al pastor, se le había dictado medida de aseguramiento en recinto carcelario tras su deportación de Honduras. No obstante, el juez no recibió los argumentos de la Fiscalía y absolvió a Gámez quien podrá recuperar su libertad en las próximas horas.
¿Cómo así que el juez no recibió los argumentos de la Fiscalía?
Según Abelardo de la Espriella, abogado de Gámez, la Fiscalía presentó 'expertos' inexpertos y no siguió los protocolos del caso. (Además, según dice, las jóvenes estaban en capacidad de resisitir —o sea, consentir a la relación— ya que tenían contacto e interacción con el mundo exterior.)
La justicia determinó que Gámez es inocente, pero la sentencia no lo convierte en una persona ética y tampoco es una persona idónea para ser guía moral de nadie. Traicionar a su esposa, a quien lo une un vínculo de la religión que él predica para ganarse la vida, con las jóvenes de su congregación, sobre las que él tenía cierto poder y autoridad, deja en evidencia su poca catadura moral e hipocresía.
(imagen: Policía Nacional)
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por David Osorio. Página racionalista, atea y escéptica, que promueve la ciencia, la divulgación científica, la razón y los derechos humanos