Aunque parezca increible que en pleno siglo XXI, y en el supuestamente avanzado mundo occidental, se mantengan prácticas chamánicas heredadas de nuestro más remoto e ignorante pasado, lo que sobrepasa ya todos los límites es que dichos sortilegios de magia blanca medieval intenten adquirir respetabilidad científica por la perversa colaboración de algunos profesionales médicos, que abandonando cualquier atisbo de ética profesional, se rinden sin reserva alguna al fanatismo religioso más irracional.
Así existe una denominada Asociación Internacional de Exorcistas, agrupación de unos 250 sacerdotes católicos de todo el mundo que se dedican a perseguir y a combatir incasablemente al Maligno dentro del cerebro de esos pobres individuos que la moderna medicina psiquiátrica denomina simplemente pacientes, entidad que además ha sido reconocida por el Vaticano en fechas muy recientes. Dicha asociación fue fundada por el padre Gabriele Amorth, personaje que afirmó haber realizado ¡decenas de miles! de exorcismos y que aseguraba que ¡Hitler y Stalin estuvieron poseídos por el demonio!.
Pues bien esta entidad medieval, que en pleno siglo XXI sigue teniendo el privilegio de poner en peligro la salud y quizás la vida de unos simples enfermos mentales necesitados de tratamiento médico especializado, sin por supuesto la oposición de ningún colectivo médico ya que todos sabemos que la santa madre iglesia es intocable ¡faltaría más!, ha recibido recientemente apoyo del actual papa Francisco, que siguiendo la estela de todos y cada uno de sus antecesores en el solio pontificio ha declarado que
A esta generación y a muchas otras se les ha hecho creer que el diablo era un mito, una figura, una idea, la idea del mal. ¡Pero el diablo existe y nosotros debemos combatir contra él! ¡Lo dice San Pablo, no lo digo yo! ¡Lo dice la Palabra de Dios! Aunque no estamos muy convencidos de ello.
E increiblemente a esta asociación de chamanes pertenecen también médicos y psiquiatras en activo, individuos que
ayudan a los exorcista a diferenciar si una persona está verdaderamente poseída o simplemente tiene algún trastorno psicológico.
Pero dejemos que el Dr. Valter Cacioli, psiquiatra, ¡secretario y asesor científico de esta asociación de exorcistas!, nos explique con sus propias palabras en qué consiste la verdadera medicina moderna
Como pueden observar nuestro psiquiatra es entrevistado vistiendo la famosa bata blanca de laboratorio, elemento que da prestancia y empaque al colectivo médico, aunque eso sí se echa en falta el habitual fonendoscopio al cuello para completar la imagen del verdadero profesional de la medicina. Y no se crean, que en esta conversación se ha mostrado de lo más comedido, porque este “profesional” médico, miembro del equipo docente del curso de “Exorcismo y oración de liberación” organizado por el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma, se permite habitualmente hace afirmaciones que no desentonarían nada en boca de cualquier santo inquisidor del siglo XV, en lugar de haber sido pronunciadas por un psiquiatra del siglo XXI, comentarios tales como los siguientes
El diablo odia al hombre porqué el hombre es el hijo amadísimo de Dios [...] La actividad ordinaria del diablo está representada en la tentación. La tentación es lo que abre el camino a fenómenos más graves [...] Me gusta citar un autor no católico como Charles Pierre Baudelaire que dice “el engaño del diablo consiste en hacernos creer que no existe”
Y este incalificable profesional no sólo está convencido que la presencia del Maligno es una epidemia del siglo XXI, tal y como declaró en una reciente entrevista:
La actividad demoniaca extraordinaria, es decir de las infestaciones, obsesiones, vejaciones y posesiones, aumenta debido a la falta de fe y por el aumento de prácticas esotéricas, magia y ocultismo. Estas prácticas involucran millones de personas y pueden abrir el camino a las posesiones diabólicas o a otras manifestaciones de la actividad demoníaca extraordinaria.
sino que cree a pié juntillas en la retahíla de poderes de los endemoniados, como los que aparecen en la famosa película “El exorcista” (obra cinematográfica preferida del padre Amorth, fundador de la asociación de perseguidores del demonio), tal y como responde a la pregunta del entrevistador de ¿cómo se reconoce la posesión demoniaca?
La aversión a todo aquello que es sagrado. Repugnancia a la oración, a todo lo que es bendecido aún si no se tiene conciencia de que lo sea, inesperadas reacciones de violencia en personas de una índole diversa. Se manifiesta con blasfemia, agresiones físicas, reacciones furiosas si se bendice o se ora ante la persona. [...] Otros síntomas son conocer profundamente materias o lenguas desconocidas al sujeto. Conocer la ubicación de objetos escondidos a la vista, conocer cosas ocultas. Entender y hablar idiomas desconocidos. Manifestar una fuerza sobrehumana anormal para la edad y la condición física de la persona. A veces, se manifiesta en el marco de una agitación psicomotora, la cual sin explicación no responde a la terapia sedativa farmacológica.
llegando incluso a creer en la levitación de los endemoniados como el personaje de Regan de William Peter Blatty.
Seguramente este fenómeno extraordinario de la levitación puede sumarse a los síntomas antes mencionados de la actividad diabólica. Es un indicio de posesión. Existen también otros síntomas extraordinarios. Clarividencia del pasado y del futuro. Materializaciones. Estos son algunos de los elementos de diagnosis de posesión diabólica.
En resumen, la violación de todos y cada uno de los sólidos principios de la física sobre los que se sustenta el actual conocimiento científico asumidos por una persona con estudios superiores, y lo que es peor, con responsabilidades profesionales sobre el bienestar y la vida de enfermos mentales, que recordemos están incapacitados por su propia enfermedad para tomar decisiones autónomas.
Y para que vean la calidad profesional de este psiquiatra católico les dejo con su humillada respuesta ante la pregunta del entrevistador de “¿Cómo se abre un caso psiquiátrico?”
El padre exorcista decide caso por caso. El padre decide si involucrar un médico psiquiatra.
¿Cómo?¿Observan el obsceno grado de degradación profesional y moral de este señor? Ante un problema psiquiátrico ¡es el sacerdote el que decide si involucra o no a un médico!. Y las asociaciones profesionales de psiquiatría y las autoridades sanitarias competentes mientras tanto de vacaciones. Pero sigamos con su respuesta a la pregunta:
Este profesional [el psiquiatra] debe tener una preparación académica pero también espiritual.
Es decir que además de las asignaturas habituales de fisiología, patología o neurología, el médico debe haber aprobado (con nota espero) aquellas otras como “Historia del infierno”, “Íncubos y súcubos I y II”, “La mujer como receptáculo demoniaco” (recordemos las enseñanzas de todos los padres de la iglesia) o “Jerarquías infernales” puesto que al igual que no es lo mismo tratar una neumonía como si fuera un simple catarro, el profesional médico habrá que saber diferenciar claramente si el pobre embrujado está poseído por un demonio de tercera categoría o por el propio Satanás, no vaya a ser que le pase como al pobre Juan Pablo II. Y claro además se suma el hecho de que
Hay médicos que no creen en la existencia del diablo. No reconocen la actividad demoniaca ordinaria o extraordinaria.
¡Claro! entre los estudiantes de medicina ateos y los que se saltaron las importantes clases de demonología por estar jugando al mus en la cafetería de la facultad, pues pasa lo que pasa, que luego no se sabe diferenciar una posesión demoniaca ordinaria de una extraordinaria. Por lo que como muy bien nos informa el preocupado Dr. Cascioli:
Los exorcistas a veces se encuentran en dificultad cuando envían a sus pacientes a los psiquiatras que no tienen fe y que no reconocen al maligno.
Porque imaginen la desilusión y la contrariedad de un abnegado exorcista cuando envía a sus poseídos a estos herejes medicuchos científistas, individuos que en lugar de tratar al endemoniado como dios manda se dedican a hacerle interminables pruebas neurológicas, análisis, escáneres y demás pamplinas tecnológicas (derrochando de paso el cada vez más escaso presupuesto sanitario) en busca de una causa fisiológica (tumores, desequilibrios químicos en el cerebro, etc.) ante lo que evidentemente es una simple infestación demoniaca, para terminar después recetándole ansiolíticos, antidepresivos o el resto de esa atea farmacopea que únicamente sirve para aumentar la cuenta de resultados de las grandes multinacionales farmacéuticas.
Pero no se crean, que el Dr. Cascioli es un profesional como la copa de un pino, ya que nos informa que es capaz de diferenciar claramente entre la simple enfermedad mental y la oscura posesión demoniaca
A mí como especialista me llegan muchos casos psiquiátricos y constato que existe un porcentaje muy bajo de casos que requieren un exorcismo.
¡Menos mal! Me quedo mucho más tranquilo sabiendo que el porcentaje de endemoniados es muy bajo, aunque bien podría hacer partícipe de sus estadísticas a nuestro insigne arzobispo Rouco Varela porque el hombre anda muy inquieto por la presencia del demonio por los Madriles, lo mismo que la iglesia católica polaca que parece tener una plaga de íncubos y súcubos en la capital Varsovia.
Aún así el Dr. Cascioli no informa que aunque las posesiones demoniacas sean raras, él en su dilatada experiencia médica ha
asistido a más de cien casos [de exorcismos]. He sido asistente del famoso exorcista padre Gabriel Amorth, presidente honorario y fundador de la Asociación Internacional de Exorcistas.
¿Notan la ironía? un médico que tras 6 años de carrera universitaria, 4 de especialidad y años de práctica psiquiátrica en hospitales y consultas médicas, se muestra orgulloso de ser el asistente (¡Cascioli vaya raudo a por más agua bendita que este demonio se nos resiste!) del afamado padre Amorth (el de los miles de exorcismos), individuo que muy probablemente era incapaz de diferenciar la esquizofrenia de las hemorroides. Y por supuesto este señor sigue en activo y nadie le ha retirado la licencia médica. ¿No me digan que esto no debería ser considerado un verdadero milagro? ¿Y como Valter Cascioli ha llegado al convencimiento de la existencia del Diablo? Pues ¿como va ser, alma de cántaro?
Por fe. Conociendo el magisterio de la Iglesia y el contenido de las sagradas escrituras. He reconocido la existencia de la actividad demoniaca. En la Biblia 118 veces se cita a Satanás, el diablo, el maligno. 84 veces en el nuevo testamento. 34 veces en el antiguo testamento. Sería suficiente esto para creer en la presencia del diablo. Entretanto, por gracia de Dios, he tenido la posibilidad de darme cuenta asistiendo a tantas personas de la actividad del maligno en el hombre.
¿Pensaban ustedes, impíos y herejes científistas que se necesitan más pruebas de la existencia del Maligno que la mera cita de la Biblia, libro directamente revelado por dios nuestro señor, el único y verdadero?
Pues no se pierdan la respuesta que da nuestro protagonista a la pregunta del entrevistador de ¿Qué dicen sus colegas?
Hay mucha ignorancia entre médicos y psiquiatras. Más allá́ del hecho de creer o no. Estas cosas existen realmente. Y entonces yo digo: quien toca el cable de alta tensión muere, sea quien lo sabe que quien no. El efecto no cambia. Hay que ser prudentes porque las consecuencias pueden ser dramáticas.
Es decir, que según nuestro docto psiquiatra católico los profesionales médicos que no aceptan la existencia del Demonio son simple y llanamente unos ignorantes y punto. Eso sí que es un exquisito razonamiento científico. Y por supuesto el Dr. Cascioli hace partícipes de esta ignorancia a las
personas que privilegian la razón y el intelecto y no viven la fe.
Por favor que vengan ahora los defensores de los dos magisterios separados y los que piden respeto a las creencias a explicar sus argumentos ante el conjunto de ignorantes que cometemos el terrible error intelectual de privilegiar la razón frente a la fe.
Y si este demente con bata puede ser peligroso con enfermos adultos, imaginen lo que puede hacer su fanática irracionalidad cuando se encuentra con que el demonio posee a familias completas, niños incluídos. Pero mejor dejemos que sea él mismo quien nos relate un caso “clínico” sacado de su propia experiencia “profesional”:
Los maleficios que se han hecho sobre una madre durante el embarazo pueden ser la fuente del problema. Recuerdo el caso de un niño de 10 años que había sido objeto de un maleficio. Podríamos decir que se trataba de una venganza transversal porque primero habían sido afectados sus parientes, sus padres y luego el niño que sufría varios trastornos físicos y psíquicos. Y se manifestaba en una fenomenología extraordinaria. Desde pequeñito, sin estudiar, sabía tocar el piano con dotes de un músico profesional.
Vamos que si este matasanos alucinado hubiera practicado la “psiquiatría cristiana” en la Viena del siglo XVIII, con total seguridad nos hubiéramos quedado sin la exquisita música clasicista, puesto que hubiera exorcizado una y otra vez sin parar a Mozart en su etapa infantil hasta conseguir que el genio hubiera aborrecido el piano y ya de paso toda la música para siempre.
En resumen, en la época en la cual la humanidad ha alcanzado las mayores cotas de conocimiento científico, en un mundo absolutamente dependiente de la ciencia en general y de la biomedicina en particular, incomprensiblemente nos encontramos con la triste paradoja de que personas que deberían encontrarse bajo estricto tratamiento médico (y quizás recluidas en una institución para enfermos mentales) para intentar controlar o paliar en la manera de lo posible y de la forma más profesional sus delirios, no sólo deambulan sin cortapisa alguna entre la ciudadanía, sino que inexplicablemente han alcanzado tal grado de poder que pueden imponer de la manera más irracional, pero de forma no sólo totalmente legal e incluso muchas veces también con la aquiescencia y hasta el apoyo de los poderes públicos, sus delirantes alucinaciones a otros enfermos mentales, pacientes estos últimos que quizás estén incluso menos enfermos que estos dementes chamanes anclados en nuestro más ignorante, oscuro y mentalmente castrante pasado.
Entradas relacionadas:
* Microorganismos y sistema inmune en enfermedades neuropsiquiátricas: (I) y (II)
* La psiquiatría debe romper las cadenas de la religión
* Científicos cristianos: el irracional argumento de autoridad para justificar la superstición
* La responsabilidad de un premio Nobel frente a la irracionalidad
* Las ofensivas cartas marcadas de los creyentes a la hora de discutir sobre ciencia
* Ciencia, anticiencia y religión según el físico y filósofo norteamericano Victor Stenger
* La religión anula el raciocinio hasta en las personas más instruidas
* El Ministerio de Sanidad español y los exorcismos
* Hawking, Dios y algunos científicos cristianos del montón
* Michael Specter hablando sobre el peligro del pensamiento anticientífico
* El geriniol es el psicotrópico más potente, adictivo y peligroso del mundo
* Bill Maher entrevista a Francis Collins
* No hay un terreno común entre ciencia y religión
* Brujería, posesiones demoniacas y exorcismos en el siglo XXI
Fuente
La Ciencia y sus Demonios / facebook.com / twitter.com / youtube.com
La primera gran virtud del hombre fue la duda y el primer gran defecto la fe (Carl Sagan)