Los dos tanques de agua que veis en la siguiente imagen han sido rellenados con agua del río Honga, en el estuario de la bahía de Chesapeake, en la costa Este de EEUU. La diferencia entre ambos es que en la de derecha hay ostras y en el otro no. Como cuentan en Twistedsifter, bastaron dos horas para que estos bivalvos filtraran las algas y dejaran el agua casi traslúcida.
Hace unos días le pregunté a Juan Ignacio Pérez (@uhandrea) en Twitter, y como experto en bivalvos me confirmó que muchos de estos animales (no todos) son excelentes filtradores. Introducir estos animales en un ecosistema puede tener grandes ventajas, ya que al limpiar el agua permiten pasar la luz y proliferar otras formas de vida que las algas impedirían. Puede que alguno ya lo haya visto, pero hoy he descubierto el vídeo con la secuencia es timelapse y no me resisto a compartirlo. ¡Increíble su capacidad de filtrar!
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