Todas las religiones ensalzan la virtud de la pobreza pero por supuesto después los sotanados de turno se dedican con ahínco y fruición a la mucho más mundana tarea de acumular riquezas.
Dejando de lado a la iglesia católica, campeona en todos los rankings de riqueza eclesiástica un caso llamativo es el de la religión en Nigeria, un país que ocupa el puesto 133 en la lista de PIB per cápita con unos escuálidos 1.600 $ por habitante y año resulta que tiene montado un milmillonario negocio basado en la fe.
Fuente
Diario de un ateo
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