Pues sí, todos los anhelos del mundo católico por encontrar de una vez un papa del siglo XXI se han venido abajo, como no podía ser de otra manera.
Porque entre los jerarcas católicos puede haber diversidad de opiniones en lo accesorio pero desgraciadamente en lo fundamental están todos monolíticamente desequilibrados. Y la prueba son las últimas declaraciones del papa Francisco que, como todos sus antecesores, ha sacado su vena más alucinada al soltar toda una sarta de afirmaciones dignas de un inquisidor de la Edad Media. Si no juzguen ustedes, el papa ha dicho:
"A esta generación y a muchas otras se les ha hecho creer que el diablo era un mito, una figura, una idea, la idea del mal" pero "el diablo existe".
Lo dicho, santo padre hay que tomar menos alucinógenos que a su edad no son nada bueno. Y no contento pues continuó con:
"Los enemigos de la vida cristiana son el demonio, el mundo y la carne, que son las heridas del pecado original"
Además de su fijación con el Maligno ¿qué narices significa que el "mundo" es enemigo del cristianismo? Y ya lo de la carne ¿la de vaca o la de cerdo? suena a chiste malo. Y continuando con su desvarió dijo:
"La salvación que nos da Jesús es gratuita pero hay que defenderla. ¿De qué me tengo que defender? ¿Qué tengo que hacer? Revístanse con la armadura de Dios nos dice Pablo. Es decir, que lo que es de Dios nos defiende para resistir a las insidias del diablo. ¿Está claro? Claro. No se puede pensar en una vida espiritual, en una vida cristiana, sin revestirse de esta armadura de Dios, que nos da fuerza y nos defiende"
Yo aquí creo que entre tanta armadura de dios el pobre anciano se ha hecho un lío. Y por si queda alguna duda, ya desatado el anciano padre exclamó:
"¡Pero el diablo existe y nosotros debemos combatir contra él! ¡Lo dice San Pablo, no lo digo yo! ¡Lo dice la Palabra de Dios! Aunque no estamos muy convencidos de ello"
Pues si San Pablo dice que tenemos que combatir a Belcebú ya me quedo del todo convencido y enseguida me pongo la armadura de dios ¡y a luchar! Y ya finalmente un poco más calmado pasa directamente a la ñoñería más pacata:
"La vida cristiana es una lucha, una lucha bellísima, porque cuando el Señor vence en cada paso de nuestra vida, nos da una alegría, una felicidad grande: esa alegría que el Señor ha vencido en nosotros, con la gratuidad de su salvación. Pero sí, todos somos un poco perezosos, no, en la lucha, y nos dejamos llevar por las pasiones, por algunas tentaciones. Es porque somos pecadores ¡todos! Pero no se desalienten. Ánimo, valentía y fortaleza, porque el Señor está con nosotros"
Lástima que su señor no esté en esa "lucha bellísima" con esos pobres desgraciados de Liberia o Sierra Leona que se mueren por las calles como perros, sin ningún tipo de ayuda. ¿Será que todos ellos son herejes, ateos o cristianos pecadores justos blancos de la ira divina?
Fuente
Diario de un ateo
Comentarios sobre Ateísmo, Ciencia, Democracia, Escepticismo, Pensamiento Crítico, Racionalismo, Religión y Superstición