Por si quedaba alguna duda de que esta pútrida democracia en la que vivimos ha sido simplemente un lavado de cara al más tenebroso fascismo franquista, ahora se desvela la connivencia y colaboración de esas tan ensalzadas figuras patrias con la terrible dictadura argentina.
Así nuestro campechano y retirado rey Juan Carlos, el padre (o más bien el oscuro mago) de la transición, el expresidente Adolfo Suarez, ministros varios, el gobernador del banco de España junto con la plana mayor del capitalismo hispano firmaron protocolos secretos de cooperación económica que inyectaron dinero a la incipiente pero maltrecha dictadura argentina que le supusieron un balón de oxígeno para continuar con sus criminales pero carísimas operaciones de exterminio de la disidencia política. A cambio Argentina devolvía algunos bancos nacionalizados en años anteriores a lo más rancio de la banca española: el Santander de Botín y el Banco Central de Alfonso Escámez. Un perfecto quid pro quo que beneficiaba a todos, menos por supuestos a los pobres disidentes argentinos (perroflautas porteños en el lenguaje actual del filofascismo) que fueron exterminados sin compasión alguna, incluidos algunos españoles mientras el propio gobierno hispano cerraba los ojos a la matanza. Pero es que los negocios son los negocios.
Y además parte de este apoyo consistió en el "entrenamiento" en España a torturadores argentinos.
Y además parte de este apoyo consistió en el "entrenamiento" en España a torturadores argentinos.
En resumen, ya es hora de acabar con la pantomima de esta monarquía corrupta y ahora hasta criminal y dejar de rendir arrobada pleitesía al Borbón y al resto de gentuza criminal que se ha enriquecido con la sangre de inocentes.
Fuente
Diario de un ateo
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